Las ropas en la silla, como quiera.
Quedó en sus pliegues algún gesto
de ayer quizás
o de anteayer
que dice: no me miren: quiero
pasar sin que nadie se dé cuenta.
Mañana me pondré las mismas ropas
y con ellas otra vez el gesto mismo,
pero ahora es ya de noche,
puede muy bien que haya un momento
en que se rompa el “perdónenme” de siempre,
en que mi rostro y mi palabra
se vuelvan más severos
y yo diga
sin pena mi verdad en lo adelante,
duermo,
es ya de noche,
se acabó el día de ayer
y el de anteayer,
todo puede ocurrir todavía.
Translate
jueves, 6 de diciembre de 2012
Eliseo Diego - Todo puede ocurrir todavía
Eliseo Diego - Variación sobre un poema de César Vallejo
I
Unos se tiran de cabeza al río.
¿Hablaré del audaz arco del puente?
A Robeson le pegan por la calle.
¿Alabaré después al Metropolitan?
Les enferman la tierra a los hambrientos.
¿Me asombrarán sus médicos, entonces?
Pelan al rape a una muchacha negra.
¿Disfrutaré a la linda “Miss” del año?
Muestran al indio humilde en sus corrales.
¿Quién va a tratar con ellos del futuro?
El leprosolio de Quynh-Lap destruyen.
¿Compartiremos temas culturales?
Un paria duerme con el pie a la espalda.
¿Hablar, después, a nadie de Picasso?
Steinbeck sube al avión en uniforme.
¿Le haré un ensayo por sus viejas glorias?
Charlan sobre la paz junto a la horca.
¿Conferenciar, después, sin un revólver?
II
A este le canta el hambre en el estómago.
¡Supiera de Beethoven, de su cólera!
Un herido contempla sus entrañas.
De conocer a Puskhin, lo haría suyo.
El maniatado pugna por librarse.
Mentara a Lorca, pero qué es su nombre.
Aquel busca refugio en lo lejano.
Rimbaud seguro que sería su amigo.
Otro aguarda una bala en la cabeza.
Ignora que es ya un cuadro de Derkovits.
Un niño pinta con betún a solas.
Nadie le ha hablado nunca de Siqueiros.
La miseria hizo huir al viejo József.
Jamás leyó los versos de su hijo.
A los sin pan habrá que presentárselos.
La poesía también les hará falta.
Eliseo Diego - Ármame
Dichoso el tigre –tiene dientes,
también el oso –garras tiene,
y a mí ¿qué cosa me defiende?
Señor ¡tenga yo garras, dientes!
Creador, a que tú creaste
según tu imagen –no lo armaste
ni defensor le procuraste
al que no rasga o muerde a nadie.
Lo muerden los de dientes armados,
los otros rásganle el costado.
Mientras se lame, así callado,
¡endiéntalo, Señor, engárralo!
Eliseo Diego - Para entrar en el circo
¡Pasen, pasen! Señoras, señores,
entren, miren, diviértanse horrrrores!
¡No se ha visto jamás cosa igual:
de paloma hace el águila real,
el conejo se come a la zorrrrrra
de verdad: el terrorr no se ahorrrra!
¡Aquí ven a un cordero valiente
y es el tigre el que bala! ¡Pendiente
la pareja de un hilo de escarcha
mientras tocan los monos su marcha!
¡No habrá sangre en la vena sajada:
pasen: esto bien vale la entrada!